m. Interrupción del normal fluir de la energía, que puede ser total o parcial. Es la base del acorazamiento y puede presentarse en los meridianos principales que describe la acupuntura o en los siete anillos reichianos. La energía debería fluir sin interrupciones en los doce meridianos principales y en los anillos, desde al ocular al pélvico y desde éste al ocular, en dirección céfalo-caudal y viceversa. II – cervical. El bloqueo de la energía a nivel del cuello está relacionado con las dificultades para sobrevivir (el agua que llega al cuello), las contracturas relacionadas con el “cargar mucho en la espalda” y el disturbio de los órganos contenidos en este angosto pasaje que une la cabeza con el resto del cuerpo: parte de la faringe, laringe, tiroides y paratiroides, etc. II – diafragmático. Este bloqueo parece ser inevitable en la especie humana, al menos en el humano que somos y conocemos: ya durante los primeros años de la vida se hace difícil respirar. Y esto se manifiesta en la contractura crónica del músculo protagónico de la función respiratoria, el diafragma. La divulgada represión de la vida emocional en el niño, provoca la necesidad de “guardarlas en la panza”, lo cual tensa el diafragma y acorta la respiración que pasa de abdominal a torácica. Respirar menos equivale a vivir menos intensamente la vida. II – dinámico. El único bloqueo del todo estático es el de la muerte, de manera que esta definición es una suerte de exageración para insistir en el hecho de que todo bloqueo se debe a una perturbación del movimiento de la energía. Y que el bloqueo en sí mismo tampoco es definitivo e inmutable: su tendencia natural es a aumentar (empeorar) o disminuir (mejorar). II – pélvico. Bloqueo de la dificultad para el placer, para la gozosa expresión. La inmovilidad o restricción del movimiento de energía en la pelvis está vinculada con la pobreza de la entrega amorosa y con la disfunción de los órganos regionales: intestino grueso, vejiga, vías urinarias y los órganos sexuales. Condena a una
vida sexual bastante limitada. II – pulmonar. Además de lo expuesto en Bloqueo Diafragmático, el bloqueo respiratorio puede vincularse a la existencia de infecciones crónicas en las vías respiratorias, tanto superiores (nariz, senos paranasales, faringe) como inferiores (tráquea, bronquios).